La situación
Vivimos un mundo y una realidad que cambió brutal e intempestivamente. Como personas difícilmente hubiéramos podido imaginar una situación tal, como sociedad, menos y como gobierno definitivamente no estábamos preparados. Esto ha llamado poderosamente la atención hacia la vulnerabilidad en que vivimos, como prepararnos mejor y, sobre todo, como vivir mejor.
Sin duda para recuperar parte de nuestra vida y bienestar, el tema más importante hoy día es la movilidad. Hay que encontrar medios y formas para podernos mover y para poder estar en contacto sin ese tremendo riesgo de contagio. Las restricciones entre países, las restricciones para viajar, las restricciones para entrar a ciertos lugares, por ejemplo un hospital, se están paliando mediante la obligación del ciudadano de mostrar que no está contagiado o que es inmune. Eso se está haciendo mediante una prueba que tiene una validez limitada a sólo unas horas. Mostrar que no se está contagiado o se es inmune es como mostrar un pasaporte de salud.
El pasaporte de salud, pasaporte de inmunidad
El pasaporte de salud no es un tema nuevo, Es algo que ya está en uso en muchos países y en muchos ámbitos[i]. Sin embargo, se ha utilizado para propósito de registrar información importante acerca de la persona y su estado de salud. Hay multitud de iniciativas que aprovechan esa experiencia para diseñar y poner en operación un pasaporte de inmunidad que permita una libre movilidad. Para ello hay que demostrar fehacientemente que se es una persona que no tiene una enfermedad contagiosa. Esta no es una tarea simple e implica enormes retos en todos los ámbitos: salud, sociedad, tecnología y responsabilidad.
Los problemas y los requerimientos para que funcione
La Organización mundial de la salud ha estado trabajando intensamente en el análisis de la conveniencia y también de los inconvenientes de este pasaporte de inmunidad y publicó desde abril de 2020 una nota científica al respecto[i]. El análisis no es de ninguna forma trivial. La OMS reconoce que todavía, a más de un año de la pandemia, es imperativo mantener la cautela ante la necesidad de recoger evidencias contundentes que ayuden al conocimiento del virus, su comportamiento y la forma de curar para la enfermedad. Aún no hay evidencia suficiente sobre la inmunidad y un pasaporte tiene que ser emitido con enormes reservas y con la posibilidad de un monitoreo permanente. De otra forma, el pasaporte sería contraproducente porque estaría señalando una inmunidad que puede ser falsa. Así, el pasaporte debe mostrar una inmunidad reciente, que sea posible rastrearla y que la identidad del individuo sea indiscutible. Sin duda, una serie de retos tecnológicos.
[i] «Immunity passports» in the context of COVID-19. WHO, April 2020.
Por su parte, Gran Bretaña ha avanzado en tales retos y puede ser un ejemplo de cómo cada país está abordando el proyecto crucial de contar con un pasaporte de inmunidad. El Servicio Nacional de Salud –NHS- ha trabajado con compañías privadas para desarrollar el pasaporte[i]. Se ha planteado el uso de tecnología para la autenticación biométrica de identidad y el pasaporte está ya en prueba entre el personal de salud.
IDue
Hemos diseñado un sistema que permite hacer trámites tales como el de un certificado de inmunidad. IDue, autentica la identidad de la persona, así como sus documentos. Durante el procesamiento del cualquier trámite como, por ejemplo, un certificado de inmunidad, emite una firma digital que autentica que quien está haciendo el trámite y es dueño de los documentos de identidad es efectivamente quien dice ser.
Estamos trabajando en el motor de blockchain con lo que nuestro pasaporte de inmunidad tendrá una arquitectura con mayor potencial.
[i] UK COVID-19 immunity passports entering live testing phase. Health care news. Enero 2021.